LA HOSPITALIDAD DE ABRAHAM

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Gracias SANTOS ANGELES DE LA GUARDA

Los Santos Ángeles de la Guarda

Angel de mi guarda, mi dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día, 
hasta que me pongas en los brazos de Jesús, José y María.En la S. Biblia la palabra Ángel significa "Mensajero". Un espíritu purísimo que está cerca de Dios para adorarlo, y cumplir sus órdenes y llevar sus mensajes a los seres humanos.

Ya en el siglo II el gran sabio Orígenes decía: "Los cristianos creemos que a cada uno nos designa Dios un ángel para que nos guíe y proteja".



Y se basa esta creencia en la frase del Salmo 90: "A sus ángeles ha dado órdenes Dios, para que te guarden en tus caminos". Y en aquella otra frase tan famosa de Jesús: "Cuidad de no escandalizar a ninguno de estos pequeñuelos, porque sus ángeles están siempre contemplando el rostro de mi Padre Celestial". Y Judit en la Biblia al ser recibida como libertadora de Betulia exclamaba: "El ángel del Señor me acompañó en el viaje de ida, en mi estadía allá , y en el viaje de venida".



En el Nuevo Testamento es tan viva la creencia de que cada uno tiene un ángel custodio, que cuando San Pedro al ser sacado de la cárcel llega a llamar a la puerta de la casa donde están reunidos los discípulos de Jesús, ellos creen al principio, que no es Pedro en persona y exclaman: "Será su ángel" (Hechos 12, 15).

53 angeles



Ya en el año 800 se celebraba en Inglaterra una fiesta a los Ángeles de la Guarda y desde el año 1111 existe una oración muy famosa al Ángel de la Guarda. Dice así: "Ángel del Señor, que por orden de su piadosa providencia eres mi guardián, custodiame en este día (o en esta noche) ilumina mi entendimiento, dirige mis afectos, gobierna mis sentimientos, para que jamás ofenda a Dios Señor. Amen.

En el año 1608 el Sumo Pontífice extendió a toda la Iglesia universal la fiesta de los Ángeles Custodios y la colocó el día 2 de octubre.


arcangel san rafael 


Consejos de un santo: San Bernardo en el año 1010 hizo un sermón muy célebre acerca del Ángel de la Guarda, comentando estas tres frases: Respetemos su presencia (portándonos como es debido). Agradezcámosle sus favores (que son muchos más de los que nos podemos imaginar). Y confiemos en su ayuda (que es muy poderosa porque es superior en poder a los demonios que nos atacan y a nuestras pasiones que nos traicionan).


Mis Angeles Guardianes


San Juan Bosco narra que el día de la fiesta del Ángel de la Guarda, un dos de octubre, recomendó a sus muchachos que en los momentos de peligro invocaran a su Ángel Custodio y que en esa semana dos jóvenes obreros estaban en un andamio altísimo alcanzando materiales y de pronto se partió la tabla y se vinieron abajo. Uno de ellos recordó el consejo oído y exclamó: "Ángel de mi guarda!". Cayeron sin sentido. Fueron a recoger al uno y lo encontraron muerto, y cuando levantaron al segundo, al que había invocado al Ángel Custodio, este recobró el sentido y subió corriendo la escalera del andamio como si nada le hubiera pasado. Preguntado luego exclamó: "Cuando vi que me venía abajo invoqué a mi Ángel de la Guarda y sentí como si me pusieran por debajo una sábana y me bajaran suavecito. Y después ya no recuerdo más". Así lo narra el santo.


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🔸La BEATA ÁNGELA DE FOLIGNO (1250-1309) era una mujer muy bella, rica y noble, bien casada, que tuvo siete hijos. Poco a poco, fueron muriendo su esposo y sus hijos, y ella, con 40 años, decide dedicarse totalmente al Señor, distribuyendo sus bienes a los pobres. Fue una santa mística, que recibió las llagas de Cristo, que llegó al matrimonio espiritual y tuvo éxtasis frecuentes. Estuvo 12 años sin comer ni beber, sólo recibía la comunión. En su libro de "Visiones e instrucciones" habla de la visión frecuente de los ángeles. Dice: "Si no lo hubiese sentido, no habría creído que la vista de los ángeles fuese capaz de dar tanta alegría". 


🔸SANTA GERTRUDIS (1334) cuenta que un día se sintió inspirada a ofrecer la comunión en honor de los nueve coros de ángeles. Y Dios permitió que viera cuán felices y agradecidos estaban por este acto de amor hacia ellos. Ella nunca hubiera podido soñar que podría darles tanta alegría. 


🔸SANTA JUANA DE ARCO (1412-1431), la heroína francesa, cuando le preguntaron sus jueces sobre los ángeles, respondió: "Muchas veces los he visto entre las personas".

🔸SANTA FRANCISCA ROMANA (1384-1440) tuvo la gracia de ver continuamente junto a sí a su ángel custodio durante 34 años. Lo veía de noche y de día. El ángel irradiaba una luz celestial que iluminaba la habitación para que pudiera recitar de noche el Oficio divino y atender otros menesteres de la casa. Lo veía a su derecha, estuviera en casa, en la Iglesia o por la calle. Si alguien hacía algo malo en su presencia, se tapaba la cara con las manos. Era tan grande la luz que irradiaba que no lo podía mirar de frente, sino cuando oraba, cuando era tentada por los demonios o cuando hablaba con su confesor de su celeste protector. 
Tenía la figura de un niño de 10 años, cubierto con un hábito blanco o túnica que le llegaba hasta el talón, dejando al descubierto sus pies desnudos, con el rostro mirando al cielo y las manos cruzadas ante el pecho y los cabellos esparcidos sobre la espalda en rizos de oro. 


🔸SAN FRANCISCO JAVIER (1506-1552) escribía en una carta a sus hermanos de Goa: "He puesto mi confianza en Jesucristo, en la Virgen María y en los nueve coros de los ángeles, entre los que he elegido como protector y campeón de la Iglesia militante a San Miguel; y no espero poco del arcángel, a cuyo cuidado se ha encomendado este gran reino del Japón. Cada día me encomiendo a él y a todos los ángeles custodios de los japoneses". Era muy devoto de su ángel. 


🔸SANTA TERESA DE JESÚS (1515-1582) tuvo muchas visiones de ángeles y escribe: "Vi un ángel cabe mí en forma corporal, lo que no suelo ver sino por maravilla... No era grande sino pequeño, hermoso mucho, el rostro tan encendido que parecía de los ángeles muy subidos, que parecen todos se abrasan, deben ser de los que llaman querubines... Veíale en las manos un dardo de oro largo, y al fin del hierro, me parecía tener un poco de fuego. Éste me parecía meter por el corazón algunas veces y que me llegaba a las entrañas; al sacarlo me parecía que las llevaba consigo y me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios" (Vida 29,13). 


🔸SAN FRANCISCO DE SALES (1567-1622) antes de predicar un sermón pasaba su vista por todos los asistentes, pidiendo a sus ángeles que dispusieran debidamente sus almas para escuchar sus palabras. A esto atribuía el gran efecto de sus sermones para convertir pecadores. 


🔸La beata ANA CATALINA EMMERICK (1774-1824) dice: "Mi ángel me acompaña con frecuencia; unas veces, va delante de mí; otras, a mi lado. Siempre está silencioso o reposado y acompaña sus breves respuestas con algún movimiento de la mano o con alguna inclinación de cabeza. Es brillante y transparente; a veces, severo o amable. Sus cabellos lisos, sueltos y despiden reflejos. Lleva la cabeza descubierta y viste un traje largo y resplandeciente como el oro. Hablo confiadamente con él y me da instrucciones. A su lado siento una alegría celestial... He visto, en ocasiones, ángeles sobre comarcas y ciudades protegiéndolas y defendiéndolas".


✝En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Fuente: Libros: “Miguel, Gabriel y Rafael, Arcángeles en acción”; “Ángeles de aquí y de allá”; “Tu amigo el ángel”; “Ángeles en acción”, todos del Padre Ángel Peña.

Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva. Hch 14, 21b-27

Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva.

Lectura de los Hechos de los Apóstoles Hch 14, 21b-27



Lectura del santo Evangelio según San Juan 

Jn 13, 31-33a. 34-35

Cuando Judas salió del cenáculo, Jesús dijo: “Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo y pronto lo glorificará.

Hijitos, todavía estaré un poco con ustedes. Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado; y por este amor reconocerán todos que ustedes son mis discípulos’’.

Escuché la voz de muchos ángeles alrededor del trono libro del Apocalipsis 5, 11-14





Primera lectura

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 5, 27b-32. 40b-41

En aquellos días, el sumo sacerdote interrogó a los apóstoles, diciendo:
«¿No os habíamos ordenado formalmente no enseñar en ese Nombre? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre».
Pedro y los apóstoles replicaron:
«Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. Dios lo ha exaltado con su diestra, haciéndolo jefe y salvador, para otorgar a Israel la conversión y el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que lo obedecen».
Prohibieron a los apóstoles hablar en nombre de Jesús, y los soltaron. Ellos, pues, salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el Nombre.

Salmo

Sal 29, 2 y 4. 5 y 6. 11 y 12a y 13b R. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R/.

Tañed para el Señor, fieles suyos,
celebrad el recuerdo de su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto;
por la mañana, el júbilo. R/.

Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. R/.

Segunda lectura

Lectura del libro del Apocalipsis 5, 11-14

Yo, Juan, miré, y escuché la voz de muchos ángeles alrededor del trono, de los vivientes y de los ancianos, y eran miles de miles, miríadas de miríadas, y decían con voz potente:
«Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza».
Y escuché a todas las criaturas que hay en el cielo, en la tierra, bajo la tierra, en el mar —todo cuanto hay en ellos—, que decían:
«Al que está sentado en el trono y al Cordero la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos».
Y los cuatro vivientes respondían:
«Amén».
Y los ancianos se postraron y adoraron.



Evangelio del día

Lectura del santo Evangelio según San Juan 21, 1-19

En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera:
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, apodado el Mellizo; Natanael, el de Caná de Galilea; los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.
Simón Pedro les dice:
«Me voy a pescar».
Ellos contestan:
«Vamos también nosotros contigo».
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.
Jesús les dice:
«Muchachos, ¿tenéis pescado?».
Ellos contestaron:
«No».
Él les dice:
«Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis».
La echaron, y no podían sacarla, por la multitud de peces. y aquel discípulo a quien Jesús amaba le dice a Pedro:
«Es el Señor».
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos doscientos codos, remolcando la red con los peces.
Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan.
Jesús les dice:
«Traed de los peces que acabáis de coger».
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice:
«Vamos, almorzad».
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado.
Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos después de resucitar de entre los muertos.
Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro:
«Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?».
Él le contestó:
«Sí, Señor, tú sabes que te quiero».
Jesús le dice:
«Apacienta mis corderos».
Por segunda vez le pregunta:
«Simón, hijo de Juan, ¿me amas?».
Él le contesta:
«Sí, Señor, tú sabes que te quiero».
Él le dice:
«Pastorea mis ovejas».
Por tercera vez le pregunta:
«Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?».
Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez:
«¿Me quieres?»
Y le contestó:
«Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero».
Jesús le dice:
«Apacienta mis ovejas. En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras».
Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió:
«Sígueme».



Dia Jose Obrero





El suyo será el elegido Milagros Fernandez + 5804123605721


 

Gracias San Miguel Arcángel



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Milagros Fernández
Gerencia de Negocios  MFDINERO
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Escuché la voz de muchos ángeles alrededor del trono libro del Apocalipsis 5, 11-14

Escuché la voz de muchos ángeles alrededor del trono libro del Apocalipsis 5, 11-14
Escuché la voz de muchos ángeles alrededor del trono libro del Apocalipsis 5, 11-14